La Argentina podría tener en breve un nuevo beato: el sacerdote cordobés José Gabriel Brochero, el cura gaucho que evangelizó a los descendientes de comechingones en Traslasierra, Córdoba. El único santo argentino es Héctor Valdivieso. Ceferino Namuncurá ya es beato.El Vaticano tiene muy avanzada la causa para beatificar al cura adorado por miles de cordobeses.Su postulación debe afrontar un tribunal formado por expertos.
Funcionarios del Vaticano revelaron que José Gabriel Brochero, el cura gaucho cordobés que predicó hace casi cien años entre los pobres de Traslasierra, sería beatificado por la Iglesia, que estaría a punto de aprobar un milagro se le atribuye.Luego, con otro milagro más, Cura Brocero podría convertirse en el segundo santo argentino después de San Héctor Valdivielso Sáez, nacido en Boedo y fusilado por los republicanos durante la Guerra Civil Española.Más popular que su predecesor, Cura Brochero, cuenta con miles de devotos en toda la Argentina y en la pequeña villa rodeada de las Altas Cumbres que lleva su nombre.Mientras que en los despachos de los cardenales en Roma se acumulan miles de fojas con la pintoresca vida del padre, en la localidad de Villa Cura Brochero, a unos 150 kilómetros de Córdoba capital, un equipo de eruditos y médicos laicos investigan un milagro que consagraría definitivamente al cordobés como nuevo beato de la Iglesia argentina.“La causa de Cura Brochero va viento en popa y tiene muchas probabilidades de salir adelante. El milagro que se le atribuye estaría por aprobarse para su beatificación. Luego, si se determina que realizó otro milagro más, sería canonizado, es decir nombrado santo.El Vaticano certificó que es Venerable, ya que tuvo una vida católica ejemplar de acuerdo a investigaciones históricas que elevaron los peritos”, afirmó un funcionario de la Santa Sede que estuvo de visita en Buenos Aires para ultimar los detalles de la presentación que el clero local elevaría al Vaticano.En octubre, cinco cardenales, cuyos nombres se mantienen en estricta reserva, se reunirán en Roma y examinarán el contenido del expediente llevado por el propulsor de la causa, monseñor Santiago Olivera, obispo de Cruz del Eje, Córdoba.En esa instancia el Papa Benedicto XVI lo nombraría beato, con lo cual Argentina tendría un total de siete beatos en lista de espera para ser santificados.Algunos de los más populares, además de Brochero, son Ceferino Namuncurá, un mapuche que estudió con los salesianos, y Tránsito Cabanillas, la cordobesa conocida como la Santa de la Canastita.“Los neurólogos investigan un hecho ocurrido con un niño de un mes que sufrió un accidente muy grave, pero que se salvó milagrosamente después de que sus padres le rezaron a Cura Brochero”, reveló monseñor Olivera, quien además es delegado de los Obispos para la Causa de los Santos, institución de la Iglesia dedicada a investigar la vida de los candidatos a santo.Brochero, quien nació en 1840 y murió en 1914, ciego, sordo y en la miseria total, es recordado hoy por miles de devotos cordobeses en las tradicionales “cabalgatas brocherianas” que conmemoran los viajes en mula que realizaba el cura gaucho para evangelizar a los humildes descendientes de los indios comechingones.Según los peritos históricos, Brochero atravesaba con su clásico poncho las Altas Cumbres en medio de tormentas de viento y nieve para predicar, curar enfermos de cólera, construir caminos, iglesias, casas de ejercicios espirituales, escuelas y proyectar el actual ferrocarril.Un antiguo monumento a la entrada del pueblo lo muestra con el brazo extendido a lo alto, imponiendo una cruz a todos quienes ingresan por la ruta desde la vecina localidad turística de Mina Clavero.“Toda la zona de Traslasierra es muy postergada. No había caminos, medios de comunicación, escuelas. Cura Brochero tuvo una importantísima labor para el desarrollo del lugar, que se extendió hasta La Rioja”, afirmó Liliana de Denaro, perito a cargo de las investigaciones aprobadas por el Vaticano en 2004, que consagraron al cura como Venerable, es decir, de vida ejemplar.Por otro lado, fuentes de la Santa Sede revelaron que a pesar de que la causa llegó a Roma hace varios años, en parte se vio demorada debido a ciertos aspectos “esencialmente mundanos” de la vida del cura.Pero hay antecedentes en ese sentido: el más resonante es el del filósofo San Agustín, uno de los llamados Padres de la Iglesia.“Brochero era muy mal hablado y fumaba muchísimos cigarrillos de tabaco en chala. Esto hubo que explicarlo en Roma”, admitió Olivera.“Usaba palabras como ‘joder’ y ‘caracho’ (carajo) para acercarse por medio del lenguaje a la gente a pesar de haber sido un hombre culto, egresado de la Universidad de Córdoba y amigo del ex presidente Juárez Celman”, explicó De Denaro.La singular vida del sacerdote fue llevada al cine en los 40 con la película de Lucas Demare El cura gaucho, protagonizada por el actor Enrique Muiño.De ser canonizado, sería la segunda figura del santoral argentino luego de su poco conocido antecesor San Héctor (1910-1934), cuyo milagro fue impedir la muerte de una joven de Nicaragua afectada con un tumor.Héctor Valdivieso fue santificado en 1999 y nombrado Mártir de Turón ya que junto a sus compañeros había sido fusilado por los republicanos en ese lugar de España.PIRONIO, UN CARDENAL, Y SHAW, UN EMPRESARIO, TAMBIÉN EN CARRERAEduardo Pironio (1920-1998) fue el último hijo –el número 22– de un matrimonio de inmigrantes italianos.El ex obispo de Mar del Plata se trasladó al Vaticano en 1976 luego de ser amenazado de muerte por la Triple A, que lo acusaba de ser montonero.Debido a sus prolíferos escritos sobre teología, su influencia en la Santa Sede fue tal que se convirtió en uno de los primeros cardenales argentinos con posibilidades de llegar a ser nombrado Papa tras la muerte de Pablo VI y, más tarde, de Juan Pablo I.Su pedido de santificación comenzó en 2006 directamente en Roma, lugar en el que falleció de cáncer. Este hecho hace que su causa sea una de las más avanzadas.El milagro que se le atribuye es que por su intercesión se salvó de morir un niño en Mar del Plata que, jugando, ingirió purpurina, un polvo tóxico usado en manualidades.Los restos de Pironio yacen en la Basílica de Luján.Enrique Shaw (1921-1962) sería el primer hombre de negocios del mundo en ser declarado santo.El empresario nació en París, se desempeñó en la marina argentina, dirigió fábricas, fundó asociaciones católicas y se casó con Cecilia Bunge, por ese entonces, la única dueña de toda la ciudad de Pinamar y sus alrededores.Dieron a luz a nueve hijos. Dos de las más importantes avenidas de la ciudad balnearia llevan los nombres del matrimonio: Bunge y Shaw.El Vaticano lo nombró Siervo de Dios en 2001 por su vida ejemplar como hombre de negocios y de familia. Antes de morir de cáncer en un hospital, unos 260 obreros de la fábrica de cristales Rigolleau, que él presidía, se habrían ofrecido voluntariamente a donar sangre para evitar su muerte
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