Carta al Padre Jorge Frigerio y a la Comunidad Parroquial de Villa Cura BrocheroEn una de mis visitas a la parroquia Nuestra Señora del Tránsito en Cura Brochero, me entero que al Párroco, por medio de un medio local se lo llama Vice Intendente.
Me llamó la atención y confieso que me molestó un poco, pero a la vez esta sorpresa me dio la posibilidad de reflexionar sobre nuestra misión en el mundo, la misión de la Iglesia, la misión de sus ministros. No es nuevo que nos quieran encerrar en las sacristías. En este tiempo concreto que vivimos tenemos un papel muy importante, siempre desde el Evangelio, nunca desde políticas partidarias, pero siempre firmes y sin asustarnos ante conceptos que intentan desacreditar la acción pastoral. Nos toca, como siempre ha tocado a los sacerdotes iluminar la realidad, humildemente, siendo padre de todos con claridad y firmeza.Nada de lo humano nos puede resultar extraño, todo lo humano interesa y debe interesar a Iglesia. Desconocer nuestras raíces cristianas, desconocer o no valorar el bien del clero en favor de la Patria, antes y ahora – por lo tanto no solo en los relatos de los libros de historia – es manifestar, sin duda, o una mirada parcial o una gran ignorancia.Esta reflexión que hago como Obispo para iluminar el trabajo pastoral que como Iglesia realizamos, en el marco del Bicentenario de la Patria, creo oportuno compartirlas con el Padre Jorge Frigerio, presencia del obispo en la parroquia y con los fieles de su comunidad, a fin de que la comunidad cristiana y las personas en general, tengamos mayor cantidad de elementos para juzgar lo más correctamente posible acerca de cuestiones que son fundamentales para la sociedad y el bien común, tales como la participación de la Iglesia y de los hijos de la Iglesia en la vida social, política y económica del País, y también de nuestros pueblos y en este caso, de Villa Cura Brochero.Y esta sorpresa me hizo reflexionar y me invitó a hacer memoria:Sobre los sucesos de mayo de 1810, fue notable no solo la influencia filosófica y política del sacerdote jesuita Francisco Suárez con la doctrina sobre la soberanía, sino también su presencia, su voto y su compromiso con la naciente independencia de las Provincias Unidas; como también la de tantos otros hombres de Iglesia, como el obispo Lué y junto con él numerosos párrocos y sacerdotes, frailes y superiores de diferentes comunidades religiosas, como también el reconocido Deán Gregorio Funes, vicario general y rector de la Universidad de Córdoba, de gran participación en los debates de mayo especialmente los jurídicos: tuvo contacto regular con Belgrano y Castelli, interpretando las aspiraciones de Córdoba al defender la incorporación de los diputados de las provincias y propiciar la creación de juntas provinciales.No podemos dejar de mencionar y tener en cuenta que en relación a la independencia, el 9 de julio de 1816 en Tucumán, entre los que juraron la declaración, nueve de ellos eran sacerdotes y dos más eran frailes.Es de destacar la labor de Fray Justo Santa María de Oro (primer obispo de la diócesis de Cuyo) quien muchas veces dijo que quería gobierno propio, independencia y libertad, siendo un aguerrido defensor del sistema republicano. Bien diría el prócer: “No hemos nacido para nosotros, hemos nacido para la república”.Figura clave en 1853 es Fray Mamerto Esquiu, después obispo de Córdoba, conocido como “el Orador de la Constitución”. Desde Catamarca le piden que hable en contra de la promulgación de la misma porque muchos la consideraban liberal. Sorprendentemente, el 9 de julio de 1853, Esquiu pronunció su discurso más famoso, favorable a la jura de la Constitución, conocido como “Sermón de la Constitución”: recordando la historia de desuniones y guerras civiles argentinas, se felicitó por la sanción de una Constitución que traería nuevamente la paz interna. Pero para que esa paz fuese duradera, era necesario que el texto de la Constitución quedara fijo e inmutable por un largo tiempo, que no se le hiciera oposición por causas menores y que el pueblo argentino se sometiera al poder de la ley. Con este discurso Esquiu dejo sentada una sólida doctrina jurídica y sociológica.Y en nuestras tierras, cómo no tener presente las gestiones del Padre José Gabriel Brochero, para quien Evangelización y promoción humana no se podían separar. Así lo vemos gestionando la llegada del ferrocarril para la zona de Traslasierra, diseñando el camino para unir la región con Córdoba y pidiendo escuelas, maestros y preceptores. No dejó tranquilo a su amigo Miguel Juárez Celman ni en su paso por Córdoba como gobernador, ni después como Presidente de la República. Trató y discutió con las personalidades de la Generación liberal de 1880, siendo siempre respetado y nunca visto como un agitador o solo como un líder político. Ya enfermo y sin fuerzas físicas, se entrevista con Hipólito Irigoyen para lograr el ferrocarril para estas tierras, con todo lo que ello significaba.La Palabra de Dios nos anima a los pastores a ser guardianes atentos, como buenos pastores que advertimos sobre el peligro que corre o puede correr el rebaño. Esta es la misión que nos compete, la misión que el Señor nos encomienda. Por ello los obispos, sabiendo del deber de actuar en lo que consideramos la búsqueda del bien común, hemos estado presente y hemos emitido documentos iluminando el acontecer del país. Últimamente lo hemos hecho con: “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad”, dando elementos para nuevos tiempos y nuevas dirigencias, tan importantes y necesarias en nuestra patria.Por ello me ha llamado la atención que algunos hermanos parecieran no comprender este proceder, aunque no siempre se acierte. Pero más llama la atención que algunos medios de comunicación transmitan algunos hechos, en un aparente querer desacreditar el actuar de los sacerdotes en la búsqueda de lo que se considera, en conciencia, un bien para los pueblos confiados a su pastoreo. Por ello aprovecho esta oportunidad para agradecer a periodistas de distintos Medios de Comunicación de la zona que me han hecho llegar notas de total desaprobación acerca de dicha publicación.Por otra parte, aliento a todos los cristianos a seguir comprometiéndose en los asuntos públicos, en la política, en las sociedades intermedias, en la economía, en los Medios de Comunicación, en el turismo y en los distintos barrios, para que estas realidades tengan un rostro cada vez más humano y, por lo tanto, más evangélico. Esto puede conllevar, y de hecho sucede, que se sufran incomprensiones o persecuciones: no es nuevo para los discípulos de Cristo, Él nos lo anunció y ellas serán signo de nuestra fidelidad en su seguimiento.Que Dios nos bendiga a todos y nos de fuerzas para entregar la vida por amor, siempre y hasta el extremo. Con mi fraternal bendición.
SANTIAGO OLIVERA
Obispo de Cruz del Eje
1 comentario:
Mi nombre es Ramona Rodríguez me gusta mucho informarme sobre todo lo que sucede en nuestro Valle, pero sinceramente me llamó la atención como se ha tratado el presente tema en este sitio web. Digo esto porque no sólo uso Internet sino que soy lectora de los periódicos y oyente de los programas radiales. El periódico que desató el erróneo dilema aclaró y respondió de manera clara un problema inexistente, el de oir a las ciudadnos y trasmitir el pensamiento de los mismos. Quien no comprende tal acción ¿no está siendo autoritario?. Como medio de comunicación deberían brindar toda la información y no dejarnos a quienes los seguimos día a día con una sola parte. Querida Mary escucho tu programa y espero que mi comentario sea una aporte fructífero.
Publicar un comentario